domingo, 16 de junio de 2013

Tasa de morosidad de la banca española

Recientemente están saliendo a la luz múltiples escándalos relacionados con la nula labor de supervisión del Banco de España (Véase Bankia, Banco de Valencia, preferentes, cláusulas suelo, etc, etc). A mi entender esa falta de rigor de los Gobernadores del Banco de España se debe a que una vez finalizado su mandato tienen asegurado un puesto en el Consejo de Administración de alguno de los bancos que previamente han supervisado, de modo que ellos son los primeros interesados en no tirar demasiado de la manta, no vaya a ser que se queden sin el puesto prometido.
En esta ocasión voy a referirme a algo que es un secreto a voces; las tasas de morosidad de la banca española están siendo sistemáticamente falseadas. Esto lo afirmo en base a que un país con un 27 por ciento de paro, y con una devaluación del principal medio de ahorro de las familias, la vivienda, de cerca de un 50%, no puede tener una tasa de morosidad del 3,98%, como por ejemplo el Banco de Santander.
Este milagro se debe a que los créditos fallidos de cierto importe se refinancian indefinidamente, sin necesidad de garantía alguna. De este modo se logra un doble objetivo; se evade la obligación de provisionar el importe de dichos créditos ante el Banco de España y se maquillan las cuentas de resultados dando por cobrables créditos que saben perfectamente que no lo son.
De este modo se produce un doble fraude; al Banco de España y a los accionistas de las propias entidades bancarias, que invierten en base a unas cuentas de resultados que no reflejan las verdaderas tasas de morosidad.
Otra de las maniobras de la banca española ha sido el sobrevalorar los inmuebles de sus carteras, al objeto de no reflejar las pérdidas en los balances. Nos hemos pasado años en los que la banca ha ido acumulando inmuebles a los que no daban salida con tal de no asumir la pérdida patrimonial. El sistema era muy sencillo; se mete el inmueble en el balance al precio de adjudicación, y si vale menos, pues no se vende y punto. Esto ha llevado al rescate, y a la creación del famoso banco malo, que no es otra cosa que obligar a las entidades a desprenderse de esos activos inmobiliarios por un precio de cesión más aproximado al de mercado que el que constaba en sus balances.
Dentro de algunos meses saltará el escándalo de las tasas de morosidad, y será toda una sorpresa. ¿O no?


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