viernes, 5 de julio de 2013

Carta abierta de un participante en un programa de radio sobre los abusos de cetelem

He tenido una esclarecedora conversación con un viejo amigo y me veo obligado aclarar que el ánimo del programa de radio #QueridoPresidente, con Arancha Mijares y Felipe Colón, en radio3w, es positivo y tiene como objetivo facilitar la comunicación entre las personas, función primordial de una radio. Me veo obligado a escribir esto porque pudiera parecer que el ánimo es el contrario, y me gustaría demostrar por qué no.
El tema por el que he sido regañado es por la carta dirigida al Presidente del Consejo de Administración de BNP Paribas, el mayor banco de la eurozona en activos, y que he publicado en Facebook. Mi objetivo es enviar este fin de semana una carta manuscrita a cada miembro del Consejo de Administración, en francés, que es el bellísimo idioma oficial del gigante financiero y explicarles exactamente lo mismo que ya he publicado en internet. Mi amigo me ha alertado de que pueden considerar las cartas muy ofensivas por las durísimas palabras que contienen. Me ha alertado de que pueden sentirse dolidos e intentar responder con furia por sentirse atacados. ¿Por qué furia si lo que se dice es público desde hace años?. ¿Conoces Cetelem?, pregunté a mi amigo. ¿No?. Como no tenía ni idea del tema, simplemente le enseñé un video de Youtube de 2009 con Mercedes Milá acusando a Cetelem del acoso a sus clientes en Tele5 y escuchamos al Director de la Agencia Española de Protección de Datos denominar sus prácticas como “agresivas” e “ilegales” en la cadena SER. Pensó al principio que eso era una  broma de mal gusto. Luego, a medida que iba leyendo más información en internet de los foros de afectados por el acoso inhumano de Cetelem a ancianos y niños, bramó: “Qué hijos de la gran puta. ¿Y cómo consienten esto?. ¡Merecen el puto infierno!, ¿no crees?”.  Tras reflexionar, contesté primero que no. Luego, otra vez dije que no. Y concluí con un tercer no final.
Primer no. No merecen el infierno porque no conocen la situación.
Los miembros del Consejo de Administración de BNP Paribas no merecen el infierno simplemente porque yo apuesto que no conocen la situación. Ellos tienen acceso a toda la información de la entidad bancaria, pero lo que ellos reciben es la que tienen en cuenta para su toma de decisiones en cinco continentes. A ellos se les ofrece información que, quizás, no cuente toda la verdad. Quizás el tipo de información que se les envía es más relativa a los buenos resultados de una filial de cobros en España, pero posiblemente todavía no se les haya mencionado desde Cetelem que tienen reputación de gangsters y acosadores entre sus clientes, a quienes infunden miedo ilegalmente. Efectivamente, los miembros del Consejo de Administración de BNP Paribas sí pueden sentirse heridos e ingratamente tratados con el contenido de la carta simplemente porque no saben nada de esto. No les llega esa información por un flujo viciado de reporting corporativo que camufla aquella información que les escandalizaría. Es lo que tiene pertenecer al grupo BNP Paribas, que incluso desde Cetelem moralmente debes mantener una reputación ganada por más de cien mil empleados desde hace décadas y  encima estás obligado a cumplir un código de conducta ética, como en el resto del mundo BNP Paribas. Que sepa desde aquí: Cetelem no respeta el Código de Conducta de BNP Paribas. Cetelem no respeta al resto de sus colegas del grupo PNB Paribas.


Segundo no. No merecen el infierno porque la situación les produciría escándalo.
Los miembros del Consejo de Administración de BNP Paribas no merecen el infierno porque yo apuesto a que son personas con los mismos principios que he recibido yo y esta situación les escandalizaría. Apuesto a que no conocen la situación y apuesto a que acuden a los Consejos de Administración con la mirada puesta en el futuro con gigantescas operaciones, en una situación mundial de inestabilidad sociopolítica constante y con la responsabilidad de mantener una plantilla de cientos de miles de empleados en decenas de países, rentar a millones de accionistas, mantener una base sólida de millones de clientes en los cinco continentes y ser embajador de los valores franceses por el mundo. Apuesto a que no les llega la información de las personas que se han visto acosadas en España. También apuesto a que la dirección de BNP Paribas en España es consciente del tema y que nunca ha informado a los miembros del Consejo de Administración de BNP Paribas del modus operandi de su filial Cetelem. Apuesto a ello porque todo esto ha salido en televisión en prime time con una presentadora estrella, Mercedes Milá y porque el Director de la Agencia de Protección de Datos lo manifestó en la Cadena SER, que tiene la mayor de España y pertenece al Grupo Prisa. No pueden no darse por enterados, máxime cuando ellos son los responsables de implantar su propia política. Apuesto a que nos encontramos ante un cuello de botella de información corporativa “de libro”, lo cual no dejaría de ser una enorme ineficiencia por parte del equipo de gestión actual. Al final se darán cuenta de que el delito no es rentable. Me lo enseñaron de pequeño como principio de vida, y apuesto que a los miembros del Consejo de Administración de BNP Paribas también. Apuesto a que si pudiera preguntar a cada uno de ellos, ninguno aprobaría el delito como elemento de crecimiento de la firma. Imagino la mirada de escándalo que tendrían si pudieran conversar con sus clientes acosados.  
Tercer no. No merecen el infierno ni tampoco se lo deseamos.
En esta aventura de desbloqueo de la comunicación corporativa nos hemos embarcado la periodista y psicóloga Arancha Mijares, el bloguero y abogado Felipe Colón y yo, Rafael Martínez-Cortiña, economista y consultor de recursos humanos. Ninguno de los tres deseamos hacer ningún mal a ninguna empresa y el caso de Cetelem ilustra muy bien por qué. Por un lado, Arancha Mijares es familiar directa de un alto directivo histórico de BNP Paribas  en España, conoce la casa por dentro desde pequeña y se siente muy dolida de que se realicen esas prácticas en una entidad financiera a la que guarda mucho cariño. Arancha Mijares no reconoce esas prácticas como propias de una institución como BNP Paribas, y como periodista se ha visto en la obligación de darlo a conocer. Por otro lado, Felipe Colón es un reconocido abogado y bloguero especializado en abusos bancarios. Conoce la norma y conoce la forma de poder saltarse la norma. Felipe es conocido por saber decir las cosas de cara y elegantemente. Es descendiente directo de Cristóbal Colón, descubridor de América, es primo del Duque de Veragua y está excelentemente relacionado socialmente. Su blog recibe más de 300.000 visitas y tiene 3.000 amigos en Facebook. Con Felipe comparto principios muy arraigados gracias a la exquisita educación benedictina que recibimos en Downside School, un internado en el Reino Unido en el que vivimos aventuras con apenas 13 años. Apuesto a que esos mismos principios de respeto también los comparten los miembros del Consejo de Administración de BNP Paribas. Apuesto a que hablamos el mismo idioma. Por eso entenderán que no les deseamos el mal. Deseamos evitar el dolor innecesario.

Esos tres noes justifican que nuestra actitud es positiva. “Querido Presidente” es un homenaje a mi padre, ya que era el resolutivo y eficiente sistema que utilizaba para resolver sus dificultades cotidianas con las empresas. Es cierto que mi padre enviaba las cartas a presidentes a los que en muchos casos les unía una amistad y por eso posiblemente se resolvía todo muy rápido. Sin embargo, lo que sí es cierto es que mi padre siempre deseó saber la verdad de lo que ocurría a todos los niveles en el Banco Exterior de España, banco en el que fue VicePresidente y Consejero Delegado y en el que trabajó durante 37 años, o como Presidente del Banco NatWest España o como presidente de más de veinte bancos repartidos por todo el mundo. Siempre detestó que no le contasen toda la verdad, porque él no se levantaba pronto todos los días para trabajar como un león para que en algún lugar del mundo un equipo directivo de medio pelo le dificultase el camino con pequeños delitos a sus clientes y falta absoluta de creatividad y respeto a sus compañeros. Él hubiese preferido conocer la verdad y siempre apreciaba que le contasen todo. Él me enseñó que los miembros de un Consejo de Administración suelen ser personas de educación exquisita, además de muy normales, que son elegidos por su carácter decidido y su visión empresarial. Él me enseñó que cuando uno tiene información de calidad es cuando puede tomar las decisiones más adecuadas. Él me habría felicitado por la iniciativa.

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